martes, 12 de febrero de 2008

El Conde vendrá

Que El Conde de las Rueditas sea un hombre de edad y tamaño inciertos, que deambula por Buenos Aires sobre una plataforma breve que algunos han osado llamar, con menosprecio, patineta, no da derecho a pensar que carezca de madre. Su aire de duende, de felino hechicero, de sujeto amante de los escapes furtivos y las apariciones imprevistas, no garantiza en verdad un cabal conocimiento sobre su persona. De hecho, hay quienes sostienen que este ser es de otro mundo, de fantasía, y hay quienes dicen que ni siquiera existe. Hay personas que perjuran haberlo visto en un dibujo de Crist de los años ’70, pero otras personas que vieron los mismos dibujos lo niegan. Pero lo cierto es que El Conde de las Rueditas tiene madre. Eso podemos confirmarlo. En los últimos días se lo ha visto en Villa Crespo, rondando el taller de cerámica que lleva su nombre, y la prudencia nos impide asegurar que la semana próxima, en ocasión de celebrarse el Día de la Madre, haga una aparición en busca de alguna pieza de regalo. Pero, quién sabe. El cometa Halley pasa cada setenta años pero cuando lo hace, lo hace.

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